Cardenal del Vaticano que dimitió por escándalo clama su inocencia

Sigue siendo cardenal, pero sin los derechos del cardenalato: no podrá más participar y votar en un cónclave.

Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, uno de los hombres más poderosos en el Vaticano, renunció a su cargo. El Papa Francisco aceptó la renuncia.

Se trata de una dimisión obligada, al verse el cardenal relacionado con un escándalo financiero en el marco de una investigación por una millonaria inversión inmobiliaria del Vaticano en Londres que la Secretaría de Estado realizó en 2014. En ese tiempo el cardenal estaba en la Secretaría. Según la revista l’Espresso, el prelado también habría favorecido durante su carrera las actividades de sus hermanos que en Cerdeña se ocupan de integración social y de ayuda bajo los auspicios de la iglesia.

¿Irregularidades en la gestión del Óbolo de San Pedro? “No”, contesta y se defiende el cardenal. “Soy inocente y lo voy a demostrar”.

“Esto es un golpe para mí, para mi familia y para mi país. Por mi voto de obediencia, por amor a la Iglesia y al Papa, acepté su petición de abandonar mis funciones”, dijo el cardenal, citado el viernes por el diario Il Messaggero.

“Soy inocente y lo demostraré. Suplico al Santo Padre que me deje defenderme”, agregó.

Según Il Messaggero, el Papa dijo al cardenal: “Siempre te he apreciado, lo siento pero no puedo hacer otra cosa”.

El prelado, 72 años, fue ordenado cardenal justo por Francisco. Es la tercera vez que se retiran los derechos de un cardenal, aunque la primera relacionada con inversiones del Vaticano.

Tras una carrera de nuncio (embajador), el prelado italiano ejerció durante siete años de sustituto de la Secretaría de Estado, el equivalente a un ministro del Interior, en contacto constante con Benedicto XVI y después con el Papa Francisco.

Recién ordenado cardenal en el verano de 2018 por el Papa Francisco, Angelo Becciu tomó las riendas de la administración de la Santa Sede encargada de investigar y de decidir sobre las beatificaciones y canonizaciones.

Un inmueble en Chelsea

Su dimisión con 72 años, prematura en las costumbres de la Iglesia, parece una sanción. El corto comunicado del Vaticano precisa que seguirá siendo cardenal, pero pierde todos los derechos vinculados a esta función, en especial la posibilidad de elegir un nuevo Papa durante un cónclave o de asesorar al actual soberano pontífice.

El nombre del cardenal ha salido a relucir en múltiples ocasiones en el marco de una investigación, lanzada hace un año, sobre opacos montajes financieros para comprar un inmueble en el elegante barrio londinense de Chelsea.

El proceso de compra comenzó en 2014 cuando Becciu aún estaba en la Secretaría de Estado, la administración central de la Santa Sede que decidió esta inversión. A principios de año, Becciu defendió la validez de esta compra inmobiliaria en entrevistas.

Como parte de esta investigación, cinco empleados de la Secretaría de Estado están en la mira de la justicia vaticana. Un empresario italiano fue detenido el pasado mes de junio bajo sospecha de extorsión contra la Santa Sede en el marco de la compra del edificio londinense, antes de ser puesto en libertad provisional.

Según revelaciones de la revista italiana L’Espresso que saldrán publicadas el domingo, el cardenal habría destinado en varias ocasiones cientos de miles de euros del episcopado italiano y de la Santa Sede a una cooperativa en Cerdeña gestionada por su hermano, que se ocupa de la integración social bajo los auspicios de una diócesis.

Radio France Internationale – 25 de setiembre de 2020 – Publicado por RFI, texto por RFI con la contribución de mi nota desde Roma