‘No entendemos por qué Italia tiene que aceptar lo que otros no aceptan’

El atraco del “Ocean Viking” en Francia pone fin al periplo de los 234 inmigrantes a bordo, pero no al pulso entre París y Roma, que se negó a abrirle sus puertos al navío de la ONG.

Roma alegó que otros países deben asumir una mayor responsabilidad en la acogida de migrantes que intentan llegar a Europa desde el norte de África cada año.

“Es a título excepcional que acogemos este barco, teniendo en cuenta los quince días de espera en el mar que las autoridades italianas han hecho sufrir a los pasajeros”, declaró el jueves el ministro del Interior, Gérald Darmanin.

El ministro criticó el comportamiento “incomprensible” y contrario al “derecho internacional” de Italia, dirigida por un gobierno de extrema derecha, y advirtió que habrá “consecuencias” en las relaciones bilaterales.

Desde Italia, el análisis es distinto. Este año y hasta el día de hoy Italia acogió a 90.000 migrantes. En cambio, en la sola frontera de Ventimiglia, Francia rechaza, en promedio, a 80 migrantes por día. Por eso el gobierno italiano califica de “incomprensible” y de “desproporcionada”, como dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, la reacción del gobierno francés y las amenazas de “consecuencias” que tendrá la decisión italiana de non abrir sus puertos para el barco noruego de una ONG francesa, Ocean Viking.

“No entendemos por qué Italia tiene que aceptar lo que otros no aceptan”, subrayó el ministro del Interior, Matteo Piantedosi.

Firmeza y también sorpresa , pues justo el año pasado el presidente francés, Macron, firmó en Roma junto con el primer ministro italiano, Draghi, el Trattato del Quirinale para fortalecer las relaciones especiales entre los dos países primos, como se dice de Italia y Francia.

Pero Roma no está más dispuesta a encargarse en soledad del drama del flujo de migrantes desde África y pide que los 27 países de la Unión europea apliquen una estrategia común y compacta en el Mediterráneo.

Radio France Internationale – 11 de noviembre de 2022 – Publicado por RFI, con nuestro corresponsal en Roma, Federico Guiglia